El estrés cada vez está más presente en nuestro día a día y por tanto, saber cómo controlarlo puede suponernos muchas ventajas , porque todas las personas debemos buscar el equilibrio entre las obligaciones laborales y personales y encontrar la tranquilidad mental que nos permite optimizar las tareas diarias.
Pero, ¿ Qué sucede si no somos capaces de controlar ese estrés ?¿Qué pautas podemos seguir para controlarlo?
Relevancia del control del estrés
Saber controlar el estrés es muy importante para todas las personas ya que si no se hace y cada vez se genera más estrés se produce una sobreactivación que puede afectar al cuerpo mediante las tensiones musculares, al rendimiento con los problemas de memoria, concentración, entre otros y al bienestar psicológico afectando a algunos ámbitos como es la alimentación, el sueño o las relaciones sociales.
Ejercicios adaptados para evitar la influencia del estrés
Usa técnicas cognitivas: Sustituye los pensamientos negativos otros más positivos y realistas, empezar el día con música te puede ayudar.
Aplica técnicas conductuales: estas técnicas permiten cambiar los comportamientos de la persona afectada, con el fin de que aprenda a comprender las situaciones de estrés. Un ejemplo de este tipo de técnica es la meditación o relajación y el desarrollo de las relaciones sociales.
Sigue medidas higiénico-dietéticas: esto hace referencia a seguir una dieta sana y equilibrada, respetar el tiempo de descanso y practicar ejercicio.
Utiliza un tratamiento farmacológico: a veces es necesario recibir una pequeña ayuda de tu organismo que no depende de ti para poder suprimir los síntomas físicos y mentales provocados por el estrés o paralizar otros factores del estrés como es la conciliación del sueño y el descanso. Un ejemplo son los complejos vitamínicos.
Emplea técnicas corporales: para reducir la actividad fisiológica hay que saber reducir la sobreactivación del organismo mediante el control de las propias reacciones corporales. Para ello, se utilizan técnicas como la relajación muscular progresiva, el control de la respiración, la relajación mediante sonidos o la imaginación.
En definitiva, la clave para afrontar el estrés es aprender y desarrollar las habilidades,aptitudes y actitudes que nos permiten manejar las técnicas descritas para facilitar nuestro día a día y vivir con positividad evitando la aparición de enfermedades crónicas.