Hoy conocemos una historia de superación, la de Gustavo Molina, a quien hace años un accidente le dejó parapléjico, y lejos de desanimarse, siguió adelante y hoy es uno de nuestros mejores deportistas. ¡Quédate y conoce su historia!
A Gustavo Molina ya le apasionaba el deporte antes de tener su accidente, y es que, de hecho, lo tuvo mientras practicaba rápel, en 2009. Un accidente que le provocó una lesión medular que lo dejó parapléjico y le impidió seguir su carrera como militar.
No obstante, accidente tras el que tuvo claro que su vida a partir de ahora iba a enfocarse en el deporte al cien por cien, y tras el cual se aficionó aún más a este mundo para continuar y proclamarse campeón del mundo de paraduatlón y dos veces campeón de España en la misma disciplina. Además, también practica y compite en esgrima adaptado.
Y es que, según dice el atleta, el deporte fue uno de sus principales apoyos para afrontar esta difícil situación, superarse, mejorar y adaptarse a su nueva vida. Y es que el deporte consiste en superarse, y para Gustavo el deporte es casi su vida: “Ya no sólo las horas de entrenamiento. Al final ya piensas por y para la competición en temas de comida, descanso, etc. El deporte me ha aportado todo, estabilidad, felicidad y motivación, no sólo deportivamente.”, afirma.
Ahora, el deportista se dedica a las maratones, compitiendo en la modalidad de silla de ruedas o handbike, y asegura que su día a día es bastante ocupado, compaginando a diario vida familiar y deporte, descansando un día a la semana e incluso tocando también el esgrima.
Y es que no es para menos, pues desde 2010 Gustavo Molina ha participado en innumerables maratones y duatlones, aunque para él su mayor logro ha sido el Campeonato del Mundo de Paraduatlón.
Todo ello le ha ayudado mucho en su vida diaria, y para transmitirlo e intentar ayudar a personas en situaciones similares a la suya, Gustavo Molina imparte charlas en las que cuenta su experiencia personal y cómo gracias a la lesión medular vive experiencias deportivas y humanas que sin ella nunca hubiera vivido.
Para este año, Gustavo se marca dos retos: participar en nuevas maratones, en lo que está muy centrado, y alcanzar la marca mínima B internacional para los Juegos Paralímpicos de Tokio, de la que está muy cerca. Toda una historia de superación sobre ruedas.